Arabia Saudita ha detenido al menos a siete personas, entre ellas dos ciudadanos estadounidenses y sauditas, por sus vínculos con activistas por los derechos de las mujeres, según informes.
Los detenidos no son activistas de primera línea, sino escritores y blogueros que han discutido la reforma.
El grupo saudí de derechos humanos ALQST, con sede en Londres, dice que ya habían estado sometidos a una prohibición de viajar desde febrero.
Los últimos informes siguen a la liberación temporal de tres mujeres activistas la semana pasada.
Formaban parte de un grupo de 10 defensoras de los derechos de las mujeres que fueron juzgadas el mes pasado tras la represión que comenzó en 2018.
Este caso ha suscitado críticas por parte de la comunidad internacional, con 36 Estados exigiendo su liberación en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Las autoridades saudíes no han hecho comentarios sobre los últimos informes.
¿Quién ha sido arrestado?
Se dice que los últimos arrestos incluyen al menos seis hombres y una mujer, según ALQST.
Entre ellos se encuentran Khadijah al-Harbi, una escritora feminista embarazada, y la ciudadana estadounidense saudí Salah al-Haidar, cuya madre fue una de las activistas recientemente liberadas.
El otro nacional estadounidense saudí arrestado habría sido Badr al-Ibrahim, escritor y médico.
El escrutinio del historial de derechos humanos de Arabia Saudita se ha intensificado desde el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí de Estambul el pasado mes de octubre.
Los derechos de las mujeres en Arabia Saudita han sido un foco permanente de preocupación internacional, a pesar de algunas aperturas públicas hacia la reforma desde dentro del reino.
El Foro Económico Mundial clasificó a Arabia Saudita en el puesto 141 de 149 países de todo el mundo en materia de igualdad de género en 2018.
Las mujeres saudíes todavía no pueden viajar, casarse o abrir una cuenta bancaria sin el permiso de un tutor masculino.
A principios de este año, el caso de una mujer saudita que huyó de su familia en el extranjero recibió gran atención.
Rahaf al-Qunun, de 18 años, se atrincheró en una habitación de hotel de Bangkok después de que los funcionarios de inmigración trataran de devolverla.
El adolescente finalmente recibió ayuda de la ONU y desde entonces se le ha concedido asilo en Canadá.