La prostatitis es una inflamación de la glándula prostática que puede ser producto de distintos factores, es responsable de una serie de síntomas desagradables, como los trastornos sexuales, miccionales y perineales, en mayor o menor gravedad, dependiendo de la causa exacta.
La prostatitis, por lo general, es el resultado de un cuadro infeccioso en la glándula prostática. Cualquier bacteria capaz de provocar una infección urinaria tiene la capacidad de provocar también un cuadro de prostatitis bacteriana aguda, por lo que es un padecimiento bastante común, sobre todo en hombres mayores de 40 años.
Algunas enfermedades de transmisión sexual también son conocidas por provocar esta enfermedad bacteriana, por eso, el tratamiento más frecuente para eliminar la prostatitis son los antibióticos, además de ciertas mejoras en la dieta y otros hábitos del paciente. No obstante, siempre existe la posibilidad de que la prostatitis reaparezca y evolucione en una prostatitis crónica, que resultará más grave y complicada de tratar.
Síntomas de la prostatitis
La prostatitis y sus diferentes procesos infecciosos e inflamatorios en el área útero-próstata-seminal cuentan con varios síntomas similares y relacionados entre sí. Entre los más comunes se encuentran aquellos que responden a alteraciones urinarias, como por ejemplo dificultad para orinar, un aumento en la frecuencia y urgencia miccional, tanto por el día como durante la noche, micción dolorosa, o incluso puede llegar a provocar la retención aguda de orina.
Otros de los síntomas más comunes de la prostatitis son los relacionados con la actividad sexual, ya que puede disminuir considerablemente el deseo sexual o incluso eliminarlo por completo. Además de la pérdida parcial o total de la capacidad de erección, dolor durante la eyaculación o sangrado durante la misma, eyaculación precoz e infertilidad.
Además de los trastornos miccionales característicos de la prostatitis, la presencia de dolor perineal también parece ser una constante, dolor que se extiende hacia el pubis, región lumbosacra, pene, escroto e incluso los muslos.
Padecer un conjunto de síntomas u otro, dependerá directamente de la naturaleza de cada caso individual, aunque ninguno de ellos corresponderá de forma específica con algún tipo determinado de prostatitis. Esto salvo la forma aguda de infección de la próstata, en la cual esta presenta características bien definidas que facilitan su diagnóstico. Los síntomas son fiebre, malestar general, disuria, dolor perineal espontáneo o al orinar, además de la retención aguda de orina en los cuadros más graves.
En resumen, se puede decir que los síntomas característicos más frecuentes de la prostatitis son la disuria, una mayor frecuencia y urgencia de las ganas de orinar, y dolor al hacerlo.
Causas de la prostatitis
Existen diferentes posibles causas de una prostatitis. Las teorías más aceptadas en la ciencia médica moderna son las que reconocen 5 posibles orígenes de este cuadro, los cuales son:
- La teoría venosa. Que sostiene que pueden ser causa de la alteración del retorno venoso, que puede ser provocado por las hemorroides o varicocele.
- Teoría infecciosa. Establece la prostatitis como producto de la entrada de gérmenes en la próstata a través de la uretra o por vía sanguínea.
- Teoría obstructiva. La reconoce como el producto del estrechamiento de la uretra.
- Teoría del flujo intraductal. Cuando parte de la orina se filtra hacia el interior de la glándula prostática.
- Teoría autoinmune. Establece que puede ser causada por una reacción inmunitaria hacia las propias bacterias de la orina.
¿Cómo se trata la prostatitis?
El tratamiento para eliminar la prostatitis aguda, por lo general, consiste en antibióticos bactericidas administrados vía parenteral. La prostatitis crónica requiere de antibióticos que penetren de forma correcta en el tejido prostático durante un periodo de 6 a 12 semanas. Otros tratamientos con efectividad probada para apaciguar los síntomas, son los relajantes musculares o la fitoterapia, entre otros.
La prostatitis es un padecimiento que puede resultar sumamente desagradable y doloroso, afortunadamente es posible tratarla y curarla de diferentes maneras, de acuerdo con la intensidad y lo avanzado que se encuentre el cuadro.
Es importante tener en cuenta que no hay que subestimar los síntomas de la prostatitis, en especial si se padecen algunos de los síntomas anteriormente mencionados, entre ellos, el dolor pélvico y dificultad para la micción.
Complicaciones de la prostatitis
Una infección de este tipo puede convertirse en un problema más grave de salud, sobre todo si se descuidan los síntomas y no se atienden las causas. En principio, una prostatitis puede generar una infección bacteriana en la sangre, un absceso prostático, inflamación en la estructura tubular de la pelvis, hasta anomalías en el semen y esterilidad. Por esta razón, siempre es recomendable acudir al médico en cuanto aparezcan los primeros síntomas y señales de la enfermedad.
Hasta ahora, no hay evidencia científica que permita asociar una prostatitis con cáncer de próstata, pero todo lo anterior también puede comprometer la vida y el bienestar de la persona que lo padezca. Además, será importante acudir a la atención de un especialista, porque los síntomas de esta enfermedad pueden confundirse con los de otras enfermedades y la automedicación puede complicar el cuadro de gravedad o retrasar su curación.
Con frecuencia, suele recurrirse a exámenes de laboratorio que permiten detectar la existencia de la bacteria que pueda ser la causante de la prostatitis. En este sentido, será necesaria la evaluación del médico y la posterior indicación de un tratamiento eficaz para combatir la infección.
Algunas recomendaciones adicionales
Aunque no todos los casos de prostatitis son iguales, en la mayoría de los casos leves no es necesario evitar las relaciones sexuales. Sin embargo, durante el acto puede presentarse sensación de dolor al eyacular. Tampoco hay información que permita deducir que la prostatitis, causada por infección bacteriana, pueda empeorar con el contacto sexual.
En todo caso, consultar al médico sobre este y otros interrogantes siempre será la mejor opción. De esta forma, el paciente podrá contar con el tratamiento más efectivo para la enfermedad.
La prostatitis, en un principio no debe ser considerada una causa de riesgo, pero debe ser atendida a tiempo para evitar molestias y eventuales complicaciones.