Se trata de uno de las opciones de financiación más habituales para este colectivo, teniendo en cuenta que para acceder a este tipo de préstamos, hace falta cumplir una serie de requisitos, aunque los funcionarios suelen tener pocos problemas a la hora de adquirir uno. 

En el momento que se decide comprar una casa, lo habitual es tener que pedir una ayuda financiera debido al coste que tienen las viviendas. En este sentido, lo que se hace es acudir al banco para que haga un préstamo hipotecario y de esta manera, poder hacer frente a todos los pagos de la vivienda sin ningún problema.

Lo cierto es que, para poder conseguir el préstamo, es obligatorio y necesario mostrar a la entidad bancaria el perfil financiero que se tiene, de esta forma, ellos saben la solvencia con la cuenta la persona en el presente y por consiguiente, también en el futuro. Actualmente, hay numerosos perfiles de personas que pueden optar a este tipo de préstamos, sin embargo, los funcionarios lo tienen aún más fácil. 

Esto es así porque aquellos que son funcionarios de carrera ofrecen una mayor seguridad a las entidades bancarias, y no tanto los trabajadores por cuenta ajena o los autónomos, incluso pueden poner ciertos problemas a los empleados indefinidos, ya que las garantías de poder devolver el préstamo no son las mismas para un perfil que para otro. 

Dentro de este contexto planteado, llegar a una financiación del 100% para funcionarios es factible, teniendo en cuenta además que este tipo de trabajadores cuentan con un mayor número de facilidades en comparación con otros perfiles ya mencionados. 

¿Qué requisitos piden para conseguir este préstamo?

Sabiendo que los funcionarios tienen más facilidades que otros trabajadores para conseguir una hipoteca, es importante mencionar los requisitos que suelen pedir las entidades para poder optar a este tipo de préstamo. 

En primer lugar y uno de los más importantes, es no tener ninguna deuda, por lo que si el funcionario quiere acceder a un préstamo hipotecario, debe demostrar que sus cuentas están saneadas para evitar problemas económicos en el futuro. Aquí también se incluirían otros créditos o préstamos que se hayan podido pedir anteriormente.

En segundo lugar, también se piden garantías extra para la entidad bancaria. Esto quiere decir que la persona que solicite el préstamo, cuente con algún tipo de aval personal, como pueden ser bienes o ahorros, lo que se traduce en una mayor solvencia para adquirir este producto financiero. De igual modo, también sirve el aval de un tercero que garantice que la hipoteca se puede pagar a plazos cómodamente y sin retrasos. 

Finalmente, para adquirir un préstamo hipotecario para funcionarios, otra opción es aumentar el compromiso con el banco. Esto es ofrecer al interesado otros productos financieros y de otra índole que se pueden contratar a través de la misma entidad, para establecer un vínculo mayor entre ambas partes. En este sentido, los seguros de vida o el plan de pensiones son muy habituales. Hay que decir que esta tercera opción se suele hacer cuando está en duda la concesión del préstamo.  

¿Qué funcionarios tienen acceso a estos préstamos?

Aunque se trata de productos de fácil acceso para los funcionarios, en el caso de querer acceder a uno de ellos, no basta con ser funcionario de carrera. Es decir, hay que estar en posesión del título de funcionario público con la oposición aprobada y que además, se haya nombrado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), siendo esta la única manera de poder acreditar esta situación laboral.

No estarían incluidas las personas que se encuentran en un cargo público pero que no puedan demostrar que han aprobado la oposición correspondiente. Esto es así porque, en este caso, las entidades bancarias no tendrían las garantías que requieren en cuanto a los pagos en el futuro.

¿Tienen los mismos plazos de amortización que otros trabajadores?

La respuesta es sí. En este sentido, los funcionarios cuentan con el mismo plazo máximo de amortización de una hipoteca que otros perfiles de trabajadores. Habitualmente, en España el plazo medio es de 30 años, sin embargo, algunas entidades bancarias permiten aumentarlo hasta 40 años. En cualquier caso, a la hora de poder llevar a cabo este tipo de operación, es imprescindible que la persona que pida el préstamo hipotecario no tenga una edad superior a 75 años. 

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