La Depilación más que una práctica voluntaria de belleza, es la respuesta de las féminas a estándares de lo aceptable y lo ideal, respecto a la eliminación del vello corporal, dejando poca cabida a mantener el vello como opción elegible y posible, y parte aceptable de la imagen que hace sentirse cómoda a una mujer.

Depilación femenina, una práctica de vieja data

La eliminación del vello en cualquier parte del cuerpo no es un práctica nueva, su importancia ha ido incrementándose medida que pasan los siglos., y es en el recientemente pasado siglo XX cuando hacerlo más que una elección se convirtió en un mandato.

En la antigüedad, eran las conchas marinas afiladas, los instrumentos usados para eliminar el vello corporal y se consideraba que no tenerlo era equivalente a limpieza y pulcritud femenina.

El hilo tomó lugar en la depilación para eliminar los vellos de la cara, arrancando el pelo al nivel del folículo y demorando así su aparición. En algunos imperios como el Persa la depilación se hacía solo en la edad adulta y al celebrarse los matrimonios donde las mujeres debían estar limpias y hermosas para sus maridos.

En la Edad Media las mujeres católicas se dejaran crecer el vello como una muestra de feminidad pero era oculto al público, en el siglo XIV se depilaban vellos de la frente para demarcar y alargar la línea de nacimiento del cabello, buscando hacer su rostro más ovalado por ser ésta la forma considerada más bella.

A fines del siglo XVIII, las mujeres europeas y norteamericanas todavía no tenían la depilación como una rutina esencial de belleza hasta 1760 cuando nació la máquina de afeitar y comenzaron a usarla.

Terminando el siglo XIX las mujeres en todo el mundo incluyeron la depilación como parte indeclinable de sus rutinas de belleza, llevando su práctica a diario y se consideró que la piel sin vellos es atractiva y limpia, y se traduce indiscutiblemente en belleza femenina. Con lo que las mujeres comienzan a adoptar ésta práctica de forma cotidiana.

En el siglo XX y lo que va del XIX la moda ha presionado aún más la depilación corporal femenina, con el diseño y confección de atuendos que exhiben piernas, brazo y línea del bikini, para lucirlos de forma “ideal” no tener vellos es esencial. 

De una rutina de belleza a una rutina de higiene y salud

Muchos especialistas de la salud están a favor de la depilación femenina, y más que por estética, la higiene es el factor que les hace apoyarlas, ya que la piel libre de vellos puede transpirar en mejor forma, de igual manera la piel libre de vello es más fácil de hidratarse y tratarse en el caso que se requiera.

Métodos de depilación femenina

Aunque deshacerse del vello corporal debe ser una decisión personal, hacerlo puede realizarse de distintas formas:

  • Cera: Es uno de los métodos de depilación más antiguos y su efectividad es incuestionable, se puede aplicar en todas las áreas del cuerpo, su efecto dura hasta 3 semanas, la cera natural puede aplicarse fría, caliente, en bandas o con rodillo. Suele ser un procedimiento sencillo pero algo doloroso, no indicado para pieles sensibles.
  • Máquina o Cuchilla de afeitar: Es sin duda el método más popular y antiguo, sencillo y rápido de hacerse, aunque con él, el vello crece de forma rápida y puede causar algo de irritación en la piel.
  • Depiladora eléctrica: Estas máquinas remueven el vello desde la raíz, minimizando las molestias en la piel, sus resultados son efectivos y duran unas 3 semanas.
  • Láser: Con efecto muy duradero este método altamente tecnológico permite estar sin vello por meses, retrasa el crecimiento del vello, para ver resultados se deben hacer varias sesiones, puede hacerse en todo el cuerpo a excepción del contorno de los ojos.

Depilarse una elección libre en ascenso

Depilarse se ha vuelto una decisión personal, libre de coerciones para muchas mujeres, sean o no feministas radicales, poder elegir si deshacerse del vello corporal, hasta dónde dejarlo crecer, exhibirlo u ocultarlo, son cuestionamientos que cada mujer en este siglo XIX ha ido resolviendo de forma personal y de acuerdo a sus propias convicciones de  lo que es la belleza.

Si bien es cierto que depilarse ha sido por muchos años un tema relacionado y condicionado por cánones de lo socialmente aceptado o correcto, en la actualidad la libertad de acciones y pensamiento permite elegir a las mujeres hasta dónde y cómo quiere realizar esta práctica ancestral, y si lo hace por razones estéticas o de salud.

Las mujeres del nuevo milenio ceden muy poco y cada vez menos ante las presiones sociales que implica la depilación, quienes lo hacen o dejan de hacerlo son respaldadas por su elección personal.

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